Pues la noche es oscura y alberga spoilers

Cinco grandes series que anteriormente fueron películas

Poco a poco, las noticias acerca del inminente rodaje de la esperada tercera temporada de Westworld comienzan a ganar territorio en internet. A estas alturas, y más si eres fan o espectador habitual, sabrás que dicha serie tuvo su primera aparición en forma de película con aire de serie B en 1973. Protagonizada por el legendario Yul Brynner (Los Siete Magníficos, El Rey y Yo) y escrita y dirigida por el propio Michael Crichton (afamado autor literario de, entre otras, Jurassic Park y Esfera), se tituló en España con el evocador y acertado título de ‘Almas de Metal’. Tuvo mucha repercusión y es nombrada habitualmente como referente al hablar de obras contundentes de ciencia ficción como lo son Blade Runner o la saga Terminator. En 1976 apareció una secuela que está muy relacionada con las ideas de la segunda temporada, Mundo Futuro (Futureworld), esta vez protagonizada por Peter Fonda (Easy Rider: Buscando mi destino) y en la que Yul tan solo hace un cameo. Cuatro años más tarde, en 1980, la primera adaptación en forma de serie se hizo un hueco en la televisión norteamericana con el título Beyond Westworld, siendo cancelada tras la emisión del quinto episodio. Esto no evitó que fuera nominada en los Emmys a Mejor Dirección de Arte y Mejor Maquillaje; pero, como se suele decir, esa ya es otra historia. Estamos aquí para recordar aquellas series que, como Westworld, se iniciaron en el mundo del celuloide y se adaptaron exitosamente a la pequeña pantalla. Aquí te presento cinco de las más destacadas:

 

 

5 – Stargate SG1:

 

 

Tras mejorar la estética de las películas de Jean-Claude Van Damme y convertirlo en una estrella mundial —todo ello en la misma película titulada Soldado Universal (Universal Soldier)— el director alemán Roland Emmerich deslumbró a propios y extraños con una de las mejores y más imaginativas aportaciones al cine sci-fi de los 90, Stargate: Puerta a las Estrellas, con Kurt Russell y James Spader liderando el cartel.

En 1997 nos cogió por sorpresa el estreno de la serie que tomaba como punto de partida el mismo que el original: el descubrimiento de un portal que conecta la Tierra con otro planeta, muy parecido al Egipto ancestral. 10 años duró en antena, siendo así una de las series más longevas de la televisión que, como impagable regalo, nos devolvía a Richard Dean Anderson (eterno MacGyver) en el rol del también icónico Coronel Jack O’Neill. No fue el único show relacionado con Stargate, pues más tarde salieron a la luz Stargate Atlantis (2004-2009) y Stargate Universe (2009-2011).

 

 

4 – Buffy Cazavampiros (Buffy the Vampire Slayer):

 

 

Inmortal serie estrenada en 1996, aunque en España no la veríamos hasta 1998, incluida en la programación sin codificar de Canal+. Joss Whedon, antes de ganarse su fama a pulso gracias al cine superheroico de los últimos años, demostraba su innegable habilidad para convertir una premisa simple de una cazadora de vampiros adolescente —sublime Sarah Michelle Gellar— en toda una metáfora sobre convertirse en adulto, lidiar con los problemas y hacerse cargo de las responsabilidades. Aguantó siete temporadas en antena (1993-2007), generó el spin off Angel (1999-2004) y continuó en formato cómic.

Lo que quizá no sepas es que en 1992 ya existía en forma de película de dudosa calidad escrita por el propio Whedon. En esta ocasión, Kristy Swanson (Psych) empuñaba las estacas en compañía de Luke Perry (Sensación de Vivir) y el imperecedero Donald Sutherland (Trust). Eso sí, alejándose del peso (melo)dramático de la serie posterior para abrazar la comedia negra sin mucho atino y con cierto gusto camp.

 

 

3 – Friday Night Lights:

 

 

A pocos días de la celebración de la Super Bowl, conviene rescatar una pequeña joya fílmica que utiliza el deporte como proyección de los obstáculos de la vida más allá del césped, siguiendo las normas de todo buen drama deportivo que se precie. Se queda a considerables pulgadas de alcanzar el aclamado touchdown que Un Domingo Cualquiera, la cinta de Oliver Stone, supone a este subgénero; pero Peter Berg (The Leftovers) entregó una rescatable y muy bien filmada película con Billy Bob Thornton (Goliath) a la cabeza, sobre lo que supone crecer y valorar el trabajo duro como única vía para hacer tu sueño realidad. Atención a su inolvidable final, alejado de las convenciones habituales made in USA.

Fue el propio Berg el que se encargaría de adaptar su producto, logrando mantener y desarrollar ampliamente las cualidades que hacían de su película una experiencia única. Un elenco formidable y carismático capitaneado por Kyle Chandler (Bloodline) y Taylor Kitsch (True Detective: Temporada 2) logró que la serie mejorara considerablemente lo que ya estaba bien hecho. Cinco temporadas con una banda sonora que se repetirá en bucle en tu cabeza sin remedio.

 

 

2 – Fargo:

 

 

Indudable masterpieza de los hermanos Coen, revolucionó el thriller con unos Frances McDormand y William H. Macy en estado de gracia. Con un humor de autor surrealista y unas imágenes gélidas inolvidables, ganó merecidamente los Oscar a Mejor Actriz y Mejor Guion en 1997. Sería impensable que se pudiera hacer una serie que versara sobre este film o que, en caso de llevarse a cabo, esta pudiera tener entidad propia. Ni qué decir tiene que nuestro estupor resultó mayúsculo al observar el desarrollo de sus ya tres temporadas (con una cuarta que llegará en algún momento de 2020). Maravillosamente escrita, crea un universo propio que se aleja del argumento —aunque no del espíritu— de la obra primigenia. El creador de la misma, el elogiado Noah Hawley (Legión), merece nuestro más sincero aplauso en la creación de una sucesión de escenas en las que podemos encontrar a profesionales Clase A como lo son: Billy Bob Thornton (no se pierde una), Martin Freeman, Kirsten Dunst, Ewan McGregor por partida doble y Ted Danson, entre otros.

 

 

1 – Hannibal:

 

 

Las novelas ideadas por el escritor Thomas Harris dieron lugar a 5 películas, siendo la más conocida (que no la primera, ya que Hunter es anterior) la siempre copiada pero nunca igualada El Silencio de los Corderos. Sí, Jodie Foster en el mejor papel de su carrera. Sí, Ted Tally y Jonathan Demme entendieron perfectamente el libro y supieron crear un mundo completamente original reescribiendo para siempre el cine de asesinos en serie. Todo es cierto, pero si por algo es recordada esta Magnum Opus con mayúsculas es la temible presencia del psiquiatra caníbal Hannibal Lecter con el rostro de un Anthony Hopkins que jamás pestañea. Le dieron el Oscar a Mejor Actor, un galardón rodeado de polémica pues tan solo aparecía 25 minutos en pantalla. Aun así, basta recordar un primer plano suyo atravesándote la mirada mientras pronuncia «Clariiiiiceeee»  para reconocer que todo premio recibido es insuficiente para valorar una performance tan completa. No era de extrañar que en caso de necesitar a otro actor para representar el papel, derivaría en una búsqueda de proporciones titánicas. Tras dos innecesarias secuelas con Hopkins repitiendo rol, Gaspar Ulliel (Solo el Fin del Mundo) intentó hacernos olvidar al primero en Hannibal, el origen del mal, con oficio pero fracasando en el intento. ¿Quién podría aventurarse a recuperar tan notable personaje? Únicamente un autor de la talla de Bryan Fuller (American Gods) podría acometer semejante Ilíada. Y de qué manera. Con el turbador actor danés Mad Mikkelsen (La Caza) como sublime sustituto de Anthony, Bryan elabora una obra tan pérfida y cool como cabría esperar de su pluma. Para alcanzar su cometido, se rodea de una envidiable lista de grandes directores del mundo del cine y la televisión. Lee y sorpréndete: Michael Rymer (El Misterio de Hanging Rock), Guillermo Navarro (Narcos), Vincenzo Natali (Westworld), David Slade (Black Mirror: Bandersnatch) o Tim Hunter (Mad Men) por citar solo algunos. Injustamente cancelada en su tercera temporada, supera sin dificultad cualquier otra secuela y supone el mejor complemento imaginable a la película del añorado Jonathan Demme.

 

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