El desarrollo de la tercera temporada se mantiene en pausa, mientras se nos desvela parte del pasado de Tía Lydia y June acentúa su estado pasivo-agresivo.
En el capítulo anterior, Dematthew vendió a la Martha que intentaba ayudar a June, siendo asesinada a manos de las criadas. Ahora, todas ellas le muestran su rechazo, reforzado por la mirada hostil de la protagonista. En la escena del círculo de castigo, June se vengará de la traidora revelando que Dematthew no quiere tener el bebé, consiguiendo así que sus compañeras la señalen y la llamen «pecadora» y «llorona». Tras convivir tantos años entre monstruos, June parece haberse convertido en uno de ellos. Por si fuera poco, en una de las escenas más impactantes del episodio, ella observa sin inmutarse un bebé que nació muerto, ahogado por su propio cordón umbilical. «Con el tiempo te acostumbras a ver a la gente sufrir», confesará después.
Aprovechando que su imagen física debe quedar impoluta ante los medios y que por ello no le infringirán ningún castigo que atente contra su cuerpo, nuestra (¿anti?)heroína se muestra muy segura de sí misma y se atreve con comentarios kamikazes llenos de sarcasmo ante tía Lydia, la cual es la verdadera protagonista del episodio. Recuperando los ‘flashbacks’, marca visual inherente a la serie, asistimos a la transformación que hizo de ella la mujer severa y despiadada que es en la actualidad. En la primera imagen, descubrimos que era una maestra de primaria (más tarde revelará que tiempo atrás fue abogada familiar) de fuertes convicciones religiosas. La clase terminó hace tiempo y espera con un alumno a que su madre venga a recogerlo. Cuando por fin llega, los invita a ambos a comer a su casa. De hecho, el niño da la sensación de estar algo abandonado y poco alimentado. La madre, Noelle, le explica la difícil situación por la que está pasando, haciendo hincapié en el mal comportamiento que tienen hacia ella los clientes de su trabajo y sus numerosas parejas sentimentales. Con el tiempo, las dos mujeres se hacen muy amigas, tanto que incluso pasan la Navidad todos juntos en casa de Lydia, a la que el niño denomina «tía». Madre e hijo le regalan maquillaje y la animan a que busque pareja. El elegido es el director del colegio, Jim Thorne (interpretado por el gran actor John Ortiz), con quien comparte la celebración de Año Nuevo y se establece una conexión especial entre ellos. Al llegar a casa, Lydia se dispone a tener relaciones sexuales pero él la detiene; su mujer falleció hace menos de tres años y es demasiado pronto. Avergonzada por caer rendida ante unos impulsos que luchaba por reprimir, se despide de él y se deshace en lágrimas poco después.
Tras esa experiencia negativa, Lydia se muestra fría e impasible, denunciando a Noelle ante Servicios Sociales y siendo partidaria de que estos le busquen otra familia a su hijo. La poca humanidad que parecía quedarle, se disipó completamente.
En la última secuencia de este olvidable capítulo, nos encontramos en el recurrente supermercado de Gilead. Tía Lydia ha encontrado la manera de castigar a June: cambiarla de casa. Justo cuando recibe esta noticia, Dematthew pierde la compostura y, en un ataque de ira, golpea a Janine y a un guardia, quitándole posteriormente la pistola de su cinturón. Apunta a una protagonista relajada y sonriente, que con la mirada le pide que dirija el arma hacia Lydia. Cuando parece que va a disparar, cae ante el fuego de uno de los guardias.
Tómalo como una opinión personal, pero creo sinceramente que, si la tercera temporada estuviera compuesta de 10 episodios y no de 13, nos ahorraríamos entregas que parecen de relleno o realizadas con la intención de estirar un nudo que ya no da más de sí. También creo que, a pesar de lo fascinante que es a todos los niveles, ‘El cuento de la criada’ debería dirigirse hacia un desenlace; sobre todo si continúa por estos derroteros en los que no arriesga y opta por quedarse estancada en un cruce de caminos sin saber por cuál decantarse. Si bien el arranque prometía que los capítulos siguientes contendrían una buena carga de TNT contra el sistema de Gilead —reforzada por la rebeldía no disimulada de su protagonista—, ahora parece que la fecha de la explosión se va demorando a favor del protagonismo de un reparto secundario no tan interesante.
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2 comentarios
Es verdad que la serie parece ralentizarse un poco. Pero supongo que eso pasa hasta en las mejores familias. Lo que sí es de agradecer es que nos cuenten porqué tia Lydia es como es. No hay nada más cruel que un ser humano con baja tolerancia a la frustración. La historia está llena de ejemplos.
Estoy de acuerdo. Todas las series tiran del freno de mano para observar el paisaje. Personalmente, me gusta más que lo hagan de la misma manera que lo hicieron en el 3×09: profundizando en los personajes y analizando la situación en la que se encuentran. Queríamos descubrir el pasado de tía Lydia, pero no sé hasta qué punto el relato diseñado para formar parte de este sea el mejor para explicar su devoción actual. Espero que en temporadas posteriores se indague más en su historia.
Muchas gracias por comentar, M. Ángeles.