A pocos capítulos del final, y con una cuarta temporada ya confirmada, la movilización prometida en el primer episodio comienza a tener un plan de ataque.
Tras un período hospitalario que casi acaba con la cordura de June, es hora de regresar a casa de los Lawrence. El problema es que se avecinan cambios drásticos y definitivos. Los Waterford han decidido predicar con el ejemplo de Washington y quieren que en toda Gilead se sigan las mismas normas. Eso quiere decir que las criadas se llevarán la peor parte: bocas cerradas con anillas y cubiertas por un velo extra, en clara referencia a los burkas contemporáneos. En las residencias existirá una decoración común a todas, con escasez de libros. Puede que el objetivo sea eliminarlos como en las distopías similares de ‘Fahrenheit 451′ o ‘Equilibrium’. El tiempo desvelará este enigma.
June también ha cambiado. Ahora tiene un objetivo kamikaze: sacar de Gilead a todos los niños que pueda. Para empezar, lo intentará con aquellos que se encuentran en su distrito. Los Lawrence representan lo único que no ha cambiado, y la esposa parece sentirse peor que antes. June le pide al comandante que huya fuera del país con ella, a alguna parte donde puedan tratarla. Más tarde, a través de Eleanor, descubriremos que Joseph no puede marcharse. Es un criminal de guerra y penarán sus infracciones con la cárcel o la muerte. «Y se lo tiene merecido», añade.
Una vez en la cocina, entendemos cómo se comunican las Marthas: a través del envío de alimentos. Han recibido bollos y esto significa que la respuesta es negativa. ¿Cuál era la pregunta? Muy sencilla: si habría alguna posibilidad de conseguirle los medicamentos necesarios a la señora de la casa. Poco después, cuando el comandante se encuentra fuera, entra en su despacho con la finalidad de encontrar los documentos que contengan el paradero de la descendencia de las criadas. Eleanor la descubre pero, en lugar de regañarla, decide colaborar con ella. La guía al sótano, lugar donde hallará lo que está buscando.
Por otro lado, los Waterford y el comandante Winslow llegan a Boston para inspeccionar que todo marcha según lo establecido. A este último no le gusta que se trate «tan bien» a las criadas. Que no tengan la indumentaria de Washington y que Janine porte un parche supone el colmo. La mirada de Fred no esconde la alegría de reencontrarse con June, e incluso se muestra dispuesto a trasladarla cerca de él. Una escena que, por cierto, no pasa desapercibida a su esposa. Fruto de este encuentro, un oscuro plan emerge en la mente de Fred: deben vigilar personalmente que la ceremonia se esté celebrando según las normas establecidas en casa de los Lawrence. Joseph no parece seguirlas y, además, ninguna de las cuatro criadas asignadas anteriormente ha quedado embarazada. El comandante Winslow no necesita nada más para convencerse y acto seguido todos se presentan allí.
Tras la lectura que da inicio a la ceremonia, el matrimonio y June entran en la habitación. Los Lawrence tratan de pensar en todas las posibilidades para evitar el acto. Pero June lo tiene claro: hay un médico cuya labor es comprobar que todo ha ido bien y, en caso de negarse, todos los habitantes de la casa perecerán. June le explica cómo debe actuar: con los ojos cerrados, olvidándose de que está allí y entendiendo que se trata de una simple transacción. Mucho más fácil decirlo que hacerlo, la expresión en sus rostros indica el dolor que supone tener que ceder finalmente a las imposiciones de los vigilantes. El hecho de que no seamos partícipes de la escena no evita que sea peor imaginarla. Cuando todo termina y el médico da su aprobación, Fred se decepciona. Su plan ha fracasado. Creía que el resultado sería diferente. Se acerca a ella y le pregunta qué tal se encuentra. June, con una breve frase, le golpea más fuerte que cualquier castigo del lugar: “al menos no eras tú”.
Cuando se marchan las visitas inesperadas, Joseph le entrega a June unos anticonceptivos. “Esto volverá a pasar y lo sabe”, le dice ella. Él le revela que le conseguirá un vehículo para huir con su mujer. June le explica que él también puede acompañarla si entrega algo valioso a cambio. ¿Ayudará Joseph en la evasión de los niños de Gilead?
Al día siguiente, Serena le recrimina a Fred que apenas existan avances en la negociación de Nicole. Si de verdad quiere traerla de vuelta, hay que hacerlo por una vía ilegal. Le entrega aquel walkie talkie que le dieron en Canadá, por si decidía dejar Gilead atrás. «Solo tienes que ofrecerle cooperación». ¿Traicionarán a su nación por la niña o simularán hacerlo?
Después de tantas preguntas que todavía no tienen respuesta, por fin obtenemos una en forma de incontables y deliciosas magdalenas: las Marthas van a colaborar en el plan de June. «Creía que todas dirían que no», dice con visible sorpresa la Martha. «Necesitaremos un barco más grande», espeta June, en un claro homenaje a la mítica frase de ‘Tiburón’ y que, al mismo tiempo, supone una acertada metáfora de lo que es Gilead: un pequeño acuario lleno de tiburones. Es momento de darles caza.
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4 comentarios
Sólo por la frase que le dice Dejoseph/June a Fred ha merecido la pena ver este capítulo. Toma ya, en toda la cara. Se lo tenía merecido.
Con la escena en la que Serena le recrimina a Fred su lentitud en el proceso de recuperación de Nicole me queda completamente claro que Serena sólo lo quiere para conseguir a Nicole. En esa misma escena hay un plano único de la mano izquierda de Serena, justo cuando la pone encima de los papeles para indicarle a Fred que está harta. Creo que es un símbolo de lo siente Serena. Sólo sigue con él empujada por el deseo de ser madre.
Ah, por cierto, Norberto, no me des más las gracias. Parece que le he cogido gusto a esto de comentar tus reviews. Con tu comentario es más que suficiente. 😉 😉
¡Perfecto! 😉
«Sólo por la frase que le dice Dejoseph/June a Fred ha merecido la pena ver este capítulo. Toma ya, en toda la cara. Se lo tenía merecido». Las palabras bien elegidas hacen más daño que cualquier impacto físico. El gran momento del capítulo sin duda.
Está claro que Serena estuvo al lado de su marido en la construcción de Gilead a cambio de conseguir un bebé, tal y como dijo en numerosas ocasiones. Una vez visto el 3×11 creo posible que hasta es capaz de vender a Fred por conseguir sus objetivos personales.
Totalmente de acuerdo. No queda claro en el final de 3×11 si ella no tuvo algo que ver con lo que se ve. El 3×12 nos lo confirmará, supongo.
Pues sí. Quedan confirmadas las intenciones ocultas de Serena. Hará lo que haga falta por recuperar a «su» bebé.